TEJER CON TRAPILLO SIN REGLAS

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TEJER CON TRAPILLO SIN REGLAS

Fabricado con restos de tela, el trapillo es un material ecológico que nos permite descubrir otros ámbitos del tejido. Tejer con trapillo nos ayuda a dejar de lado algunas de las reglas de base del tejido y darle libre curso a nuestra creatividad, sobre todo cuando recién empezamos a tejer.  



Cuando se empieza a tejer con lana, la idea de seguir un patrón y de aprender a tejer ciertos puntos específicos puede ser un poco agobiante. Hay que tener una comprensión de la manera en la que se va a ir construyendo la prenda y, sobre todo, un mínimo de destreza técnica. Además, cuando tejemos con lana y con agujas rectas, realizar un proyecto necesita bastante tiempo. Un tejido puede llevar semanas o incluso meses y esto tiende a desmotivarnos.   

Muchas tejedoras y tejedores disfrutan este proceso muy ordenado y con guías muy claras que permiten hacerse una idea precisa de cómo va a quedar el producto final. Otras y otros prefieren tejer de manera más libre, un freestyle del tejido por llamarlo así.

La verdad es que para tejer hay que manejar tres conceptos: los números, las formas y los colores. Siguiendo estos principios, una gran mayoría de personas sabe todo lo necesario para poder tejer. Luego solo queda aprender a utilizar la herramienta indicada y que nos quede más cómoda, ¡así sean las agujas rectas, el crochet, el telar o incluso nuestras propias manos!

Para aquellas y aquellos a los que les gusta tejer de manera tal vez un poco más desordenada, y simplemente ir viendo cómo evoluciona el tejido a medida que pasa el tiempo, el trapillo es el material ideal. Al ser fabricado con materiales reciclados, éste es naturalmente irregular lo que da un toque más rústico a la creación pero también permite crear objetos con gran facilidad, lo que puede ser más complejo al tejer con lana. El grosor del trapillo también nos ayuda a avanzar mucho más rápido en nuestros proyectos. Es así como en un día podemos empezar y terminar un proyecto tejido con trapillo.


Generalmente, lo más común es tejer el trapillo con crochet. Esto permite ir dándole forma con facilidad y fabricar una gran diversidad de objetos. Personalmente, prefiero tejer con agujas rectas, lo que requiere ciertos ajustes. Para lograr tejer el trapillo cómodamente con agujas rectas, tuve que ir aprendiendo a medida que me acostumbraba a utilizar el material. Un elemento clave es tejer con agujas lo suficientemente gruesas para evitar que el tejido se ponga muy tenso. Al ser tela, si queda muy tenso el tejido va quedando prácticamente sólido y deja de ser cómodo y agradable de tejer. También es importante ir viendo qué tipo de agujas quedan mejor para tejer el trapillo que se esté usando. En función del tipo de tela del que esté hecho el trapillo, las agujas de madera, de metal o de plástico queden quedar mejor y permitir que los puntos se deslicen con más facilidad, quedando así más cómodos para tejer. Lo importante es experimentar, ver qué nos acomoda y dejar volar nuestra imaginación.

La sensación de tener los hilos entre los dedos y de sentir cómo va cambiando la forma del tejido es muy placentera. Lo interesante al tejer con trapillo es que esta sensación cambia con cada ovillo. Cada uno es diferente, la tensión, el roce, es cómo tejer un material nuevo cada vez. De hecho, aunque uno esté tejiendo el mismo objeto varias veces, siguiendo el mismo modelo, es poco probable que todos queden exactamente iguales, lo que los hace incluso más únicos y bellos.

Realizar objetos cuando se teje con agujas rectas puede ser un desafío ya que se necesita dedicar una cantidad de tiempo importante a la confección. Tejer con trapillo es como ir armando las piezas de un rompecabezas. El trapillo permite ir dándole formas nuevas al tejido, a veces inesperadas que pueden incluso terminar sorprendiendo a la tejedora o al tejedor.



Como ya lo he dicho antes, creo que todas y todos podemos aprender a tejer y disfrutar del placer de sentir los hilos entre los dedos y de la satisfacción de realizar una prenda o un objeto con nuestras manos. Claramente, el trapillo facilita este aprendizaje y con sus múltiples texturas y colores se hace atractivo incluso para aquellas y aquellos que pensaban que tejer era una actividad reservada solamente a ciertas personas.

El trapillo que utilicé para realizar esta cartera es grueso y poco elástico. Lo tejí con agujas rectas de 10mm. Tal vez hubiera sido más fácil tejer con agujas de 12mm ya que a lo largo del tejido este se puso bastante rígido, haciéndolo un poco más difícil de tejer. La cartera está confeccionada a partir de solo dos piezas, la estructura y el mango. La base del mango esta tejida reduciendo y agregando puntos para darle así la forma de pera que tiene por ambos lados.

¡Nunca había hecho este tipo de diseño y me ha encantado el resultado!

@tenten.paris

     

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